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PROYECTORAYUELA

EDITORIAL

EDITORIAL

Si se nos concediera un minuto fantástico para nacer a la literatura como nacemos en el mundo, nuestra primera imagen sería el caos. Los libros -múltiples voces de la lengua escrita- girarían como los dibujos que vemos en un caleidoscopio. Leerlos y comprenderlos exige un orden. De ahí que, en esa jungla simultánea de espejos fragmentados y de diferente color, se abran avenidas, se tracen calles y se construyan edificios.
Esta urbanización de la literatura nos da los géneros, algunos autores, algunas obras y... el paso del tiempo por una misma geografía, nos da la placentera y muchas veces engañosa sensación de familiaridad que hay en los barrios. Este es el caso de la literatura fantástica, donde habita la obra de...
Yo me encuentro perdida en esas calles y asustada en las avenidas, quizás porque he leído desordenadamente, lo que llegó a mis manos, lo que pude comprar, lo que conseguí, en bibliotecas, artículos...
 
Pero esos son también derechos del lector. Así como hay derechos de autor, también los lectores tenemos derecho a escoger nuestras lecturas, a brincarnos páginas, a no terminar el libro o...a retomarlo después de un tiempo.
 
Pero de alguna forma la sensibilidad se va formando , y el orden que no se buscó o no se estableció va tomando forma guiado por esa sensibilidad que imperceptiblemente marca nuestros gustos y nuestros apetitos.Y así quizás sea mejor, no lo que está predeterminado sino lo que el acaso, el azar o la coincidencia van trayendo. Ya lo dijimos: al principio era el caos pero el espíritu creador impone, de alguna forma, el orden. Y ya no son muchos libros. Es el gran libro de la literatura y el arte el que se abre ante nuestros ojos que también están ya preparados para contemplarlo, leerlo e interpretarlo.Y que ejerce sobre nosotros una misteriosa y deleitable sensación.
  
 
                                                                                                             Griselda Nelly Zabala/Jorge Gómez

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