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Homenaje a La Negra...

Homenaje a La Negra...

Mercedes Sosa (1935/2009)

Joaquín Sabina es bien conocido por ser buen amigo de sus amigos, y como tal, ha vertido con los años grandes versos de despida a las muertes de sus muchos compañeros cantantes, poetas, artistas. Los versos a Pepe Hierro o a Ángel González, otros a la enfermedad de Serrat, y ahora ha publicado en la prensa argentina unos versos a la recientemente fallecida Mercedes Sosa. ’Se nos murió la gran dama...’ arranca un poema que recuerda a Sosa como ’la pacha mama que bordó puntos y comas en las prisas del idioma de la gente’. Sabina presenta estos días Tiramisú de limón, el primer single de su nuevo disco Vinagre y rosas, un álbum que rompe su silencio discográfico.

Un sentido adiós a una artista querida y recordada, pero Sabina no ha sido el único en dedicar unas letras al triste adiós a la cantante. Otro argentino, Andrés Calamaro, también ha mandado sus líneas de despedida. ’Quizás necesite el resto de la vida para convivir con el espacio vacío que deja detrás’, afirma el cantante que prepara una nueva gira en la que recupera los temas más olvidados de su carrera.

Violetas para Mercedes

Se nos murió la gran dama,

Negra Sosa, pacha mama

de Corrientes,

que bordó puntos y comas

en las prisas del idioma

de la gente.

Martina Fierro de ley

que sin dios, patria ni rey

tiró p’alante,

antes de decir adiós

me propuso un blues a dos

voces distantes,

distintas, y, sin embargo,

cerquita del ron amargo

que consuela,

que abruma, que mortifica,

que suma, que santifica,

que desvela.

Cuando rompió la baraja,

hizo del bombo su caja

de Pandora,

entre el mestizo y el yanqui

se quedaba con Yupanqui

hasta la aurora.

Todos menos uno, dijo,

provocando el acertijo

de Cosquín,

militante del futuro,

no pudo con ella el muro

de Berlín.

Canto ancestral de Argentina,

la más frutal de las minas,

todo es nada,

no sabe cómo la lloro,

desafinando en el coro

de las hadas.

Madrina de los roqueros

más intrusos, más villeros,

menos brutos;

en calle melancolía

mi letra y su melodía

visten de luto.

Más de una vez la besé

pero nunca olvidaré

la noche aquella:

aquel piano y su voz

y mi sonanta y la coz

de las estrellas.

Me aterran las despedidas

pero gracias a la vida

de Violeta,

Mercedes inventó el son

que duerme en el corazón

de los poetas

Joaquín Sabina

Extraido de www.cadenaser.com

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