Contaremos una leyenda, pediremos un deseo...
A continuación, una historia, una leyenda de pueblos originarios de Argentina.
Sin ofender las creencias de nadie, basémonos en esta leyenda, para construir una metáfora:
" Cuenta la leyenda que hace muchos, muchísimos años, el heredero del trono del Imperio Inca, se debatía entre la vida y la muerte, siendo victima de una extraña y misteriosa enfermedad.
Las curas y los rezos nada lograban y desesperaba su pueblo, por no poder devolverle la salud.
Ellos amaban intensa y entrañablemente al Príncipe de los Incas.
Un día fueron convocados los mas grandes sabios del reino, quienes afirmaron que sólo podría sanarlo el maravilloso poder del agua de una vertiente, ubicada en una lejana comarca.
Partieron en numerosa caravana, vencieron infinidad de dificultades , marcharon durante meses en que veían agotadas sus fuerzas, y un día se detuvieron ante una profunda quebrada, en cuyo fondo corrían las aguas de un tempestuoso río.
Enfrente, en el lado opuesto, se observaba el codiciado manantial, pero...¿Cómo hacer para llegar a ese inaccesible lugar?.
Meditaron durante mucho tiempo, tratando de buscar una forma de llegar hasta las milagrosas aguas, pero todo era en vano.
Cuando ya la desesperación los dominaba, aconteció un hecho extraordinario: de pronto, se oscureció el cielo, tembló el piso granítico y vieron caer, desde las altas cimas, enormes moles de piedra que producían un estrépito aterrador.
Pasado el estruendo, y más calmado el ánimo, los indígenas divisaron asombrados, un puente que les permitía llegar sin dificultad hasta la fuente maravillosa. Transportaaron hacia ella al Príncipe, quién bebió de sus aguas y bien pronto recuperó la salud.
Se había producido el milagro".
...¿Cuál es la metáfora?: un puente imaginario por el que podamos pasar todos los necesitados de paz, amor, compañia, amistad..., y llegar a la otra orilla, hallar esa fuente maravillosa (La vida), y poder beber de ella, recibiendo, así, lo que buscamos.
Eso sí, al puente lo tenemos que construir entre todos, piedra a piedra cada día...hasta que esté terminado y suceda el milagro.
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