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PROYECTORAYUELA

Gustavo Adolfo Becquer

Selección de poemas y un escrito del año 1868 sobre sus "inconsistencias".

RIMA XXX

Asomaba a sus ojos una lágrima

y a mi labio una frase de perdón;

habló el orgullo y enjugó su llanto,

y la frase en mis labios expiró.

.

Yo voy por un camino: ella por otro;

pero al pensar en nuestro mutuo amor,

yo digo aún ¿Por qué callé aquel día?

Y ella dirá: ¿Por qué no lloré yo?.

ES UN SUEÑO LA VIDA

Es un sueño la vida,

pero oun sueño febril que dura un punto;

cuando de él se despierta,

se ve que todo es vanidad y humo...

.

¡Ojalá fuera un sueño,

muy largo y profundo,

un sueño que durara hasta la muerte!...

Yo soñaría con mi amor y el tuyo.

AMOR ETERNO

Podrá nublarse el sol eternamente

podrá secarse en un instante el mar;

podrá romperse el eje de la tierra

como un débil cristal.

.

¡Todo sucederá! Podrá la muerte

cubrirme con su fúnebre crespón;

pero jamás en mi podrá apagarse

la llama de tu amor.

ESCRITO DE GUSTAVO ADOLFO BECQUER

Por los tenebrosos rincones de mi cerebro, acurrucados y desnudos, duermen los extravagantes hijos de mi

fantasía esperando en silencio que el arte los vista de la palabra para poderse presentar decentes en la escena

del mundo.
Fecunda como el lecho de amor de la Miseria y parecida a esos padres que engendran mas hijos de los que

pueden alimentar, mi Musa concibe y pare en el misterioso santuario de la cabeza, poblándola de creaciones sin

número, a las cuales ni mi actividad ni todos los años que me restan de vida serían suficientes a dar forma.
Y aquí dentro, desnudos y deformes, revueltos y barajados en indiscriptible confusión los siento a veces agitarse

y vivir con una vida oscura y extraña (...).Conmigo van, destinados a morir conmigo sin que de ellos quede otro

rastro que el que deja un sueño de medianoche que a la mañana no puede recordarse. En algunas ocasiones y

ante esta idea terrible, se subleva en ellos el instinto de la vida y agitándose en terrible aunque silencioso

tumulto, buscan en tropel por donde salir a la luz, de las tinieblas en que viven. Pero ¡ay! que entre el mundo de la

idea y el de la forma existe un abismo que solo puede salvar la palabra, y la palabra, timida y perezosa, se niega

a secundar sus esfuerzos.Mudos, sombríos e impotentes, después de la inútil lucha vuelven a caer en su antiguo

marasmo.¡Tal caen inertes en los surcos de las sendas, si cesa el viento, las hojas amarillentas que levantó el

remolino!.
Estas sediciones de los rebeldes hijos de la imaginación explican algunas de mis fiebres; ellas son la causa,

desconocida para la ciencia, de mis exaltaciones y mis abatimientos. Y así, aunque mal, vengo viviendo hasta

aquí paseando por entre la indiferente multitud esta silenciosa tempestad de mi cabeza. Así vengo viviendo; pero

todas las cosas tienen un término, y a éstas hay que ponerles punto.(...)
No obstante, necesito descansar; ...desahogar el cerebro, insuficiente a conatener tantos absurdos.
No quiero que en mis noches sin sueño volváis a pasar por delante de mis ojos en extravagante procesión

pidiéndome, con gestos y contorsiones, que os saque a la vida de la realidad del limbo en que vivís semejantes a

fantasmas sin consistencia.
No quiero que al romperse esta arpa vieja y cascada ya, se pierdan a la vez que el instrumento, las ignoradas

notas que contenía. Deseo ocuparme un poco del mundo que me rodea pudiendo, una vez vacío, apartar los ojos

de  este otro mundo que llevo dentro de la cabeza. El sentido común que es la barrera de los sueños, comienza

a flaquear y las gentes de diversos campos se mezclan y confunden. Me cuesta trabajo saber que cosas he

soñado y cuáles me han sucedido. Mis afectos se reparten entre fantasmas de la imaginación y personajes

reales. Mi memoria clasifica, revueltos, nombres y fechas de mujeres y días que han muerto o han pasado con

los de días y mujeres que no han existido sino en mi mente. Preciso es acabar arrojándolos de la cabeza de una

vez para siempre.
Si morir es dormir, quiero dormir en paz en la noche de la muerte sin que vengáis a ser mi pesadilla

maldiciéndome por haberos condenado a la nada antes de haber nacido. Id, pues, al mundo a cuyo contacto

fuisteis engendrados, y quedad en él como el eco que encontraron en un alma que pasó por la tiera, sus alegrías

y sus dolores, sus esperanzas y sus luchas.
Tal vez muy pronto tendré que hacer la maleta para el gran viaje. De una hora a otra puede desligarse el espíritu

de la materia para remontarse a regiones más puras. No quiero, cuando esto suceda, llevar conmigo como el

abigarrado equipaje de un saltimbanqui el tesoro de oropeles y guiñapos que ha ido acumulando la fantasía en los

desvanes del cerebro.

Junio de 1868

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