(sin título)
Contempla este pequeño
tósigo, don de todo lo que vive,
y tan común como desconocido,
cuyo nombre es amor.
No tenerlo es miseria
y tenerlo es herida.
Sólo -si acaso- el paraíso
se hallará equivalente.
Emily Dickinson, Mssachusetts, Estados Unidos, 1830-1886).
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