Crisálidas
Cuando enferma la niña todavía
salió cierta mañana
y recorrió, con inseguro paso,
la vecina montaña,
trajo, entre un ramo de silvestres flores,
oculta una crisálida,
que en su aposento colocó,
muy cerca de la cunita blanca...
Unos días después,
en el momento que ella expiraba,
y todos la veían, con los ojos
nublados por las lágrimas,
en el instante en que murió
sentimos leve rumor de alas
y vimos escapar, tender el vuelo
por la antigua ventana
que da sobre el jardín,
una pequeña mariposa dorada.
La prisión, ya vacía, del insecto,
busqué con vista rápida;
al mirar vi la difunta niña
la frente mustia y pálida
y pensé: si al dejar su cárcel triste
la mariposa alada
la luz encuentra y el espacio inmenso,
y las campestres auras,
al dejar la prisión que las encierra
¿qué encontrarán las almas?
(José Asunción Silva, poeta colombiano, nacido en Bogotá en 1865, viajó a sus 16 años a Europa donde conoció a grandes de la literatura como Wilde, Mallarmé, Verlaine y D´Annunzio; su obra tuvo un corte becqueraino al comienzo y en su madurez adquiere un matiz cercano a Edgar Allan Poe; muere muy joven; se suicidó en Bogotá en 1896-Tomado de Antología de poesía Colombiana e Hispanoamerican, Jaime García Mafla, 2003).
(Imagen tomada de Google.com)
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