EL PROFETA DEL SURREALISMO
Estamos a 44 años de la muerte de André Breton y ya muy pocos nos acordamos de la vida de este hombre que prácticamente desencadenó uno de los movimientos fundantes de la posmodernidad. Sin temor a equivocarnos, podemos decir que Breton, nacido en Tinchebray (1896) en la Baja Normandía francesa, fue el hombre que comenzó a derrumbar uno de los más antiguos y queridos cimientos de la civilización occidental: la lógica, al menos en el campo del arte y la literatura.
Después de servir durante la Primera Guerra en hospitales psiquiátricos, Breton se afincó en París donde la profundización en la obra de Freud y sobre todo en la escritura automática, incidieron en su formulación de la teoría surrealista. La escritura automática, o sea, la escritura libre de toda atadura de la razón o de principios morales o estéticos, lo lleva a encontrar una nueva estética que converge en todos los “ismos” que cubrieron el cielo de la plástica y la literatura de los comienzos del siglo 20: surrealismo, dadaísmo, futurismo, creacionismo…
Refiriéndose a los poemas de Bretón, Mónica J. De la Paz Múzquiz
afirma: “En mi opinión personal creo que no hay una interpretación general o acertada sobre el significado real de estos poemas, pues él mismo menciona que estas frases surgen de la mente para liberar el inconsciente y no presentan un orden específico. Creo que realmente sólo un psicoanalista podría definir el significado exacto de estas líneas, que sólo tendrían un significado en la mente del autor por provenir de su subconsciente y de sus experiencias muy personales.
Aunque para muchos esta técnica puede parecer aberrante o que de ninguna manera puede ser algo artístico, creo que si lo analizamos de manera más detallada tal vez podamos encontrar, que al utilizar esta técnica podríamos liberar ideas o sensaciones muy arraigadas y tal vez hechos olvidados de nuestra mente, siendo así esto como una canal de liberación de los pasajes más recónditos de nuestro ser y al estudiarlo después podríamos descubrir cosas de nosotros mismo que ni siquiera conocíamos o imaginábamos.”
Por otra parte, en la Primera Exposición Surrealista que se celebró en París en 1927 encontramos ya los nombres de pintores que revolucionarían la plástica mundial: Giorgio de Chirico, Max Ernst, Pablo Picasso, Paul Klee, a los que luego se adhirieron nombres como los de Salvador Dalí, Giacometti y René Magritte.
La producción surrealista se caracterizó por una vocación libertaria sin límites y la exaltación de los procesos oníricos, del humor corrosivo y de la pasión erótica, concebidos como armas de lucha contra la tradición cultural burguesa. Las ideas del grupo se expresaron a través de técnicas literarias, como la escritura automática, las provocaciones pictóricas y las ruidosas tomas de posición públicas, principalmente en la revista litterature. El acercamiento operado a fines de los años veinte con los comunistas produjo las primeras querellas y cismas en el movimiento. Escritores destacados son Paul Éluard, Tristan Tzara, Antonin Artaud, Pierre Naville…
“Bretón aportó a la humanidad distintas obras y conocimientos, nos atrajo por sus distintas actitudes a las que se dedicó y el empeño que le ponía a su trabajo. André Bretón murió en París, el 28 de septiembre de 1966; sus restos reposan en el cementerio de Batignolles, muy cerca de la tumba de su amigo Benjamín Péret. En su losa sepulcral hay una estrella de piedra y un epitafio en francés que reza así: “Je Cherche l´or du temps”, (“Yo busco el oro del tiempo”).”
Sus obras principales:
Imagen: "Luna de miel de André Breton". Flickr
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