Madre
Madre, aroma dulce de regazo
de coraje, de amor, de sacrificio,
tu recuerdo es un sendero grato
tapizado por el tiempo.
Mujer de canas prematuras,
de la congoja convertida en gozo,
del cotidiano pan multiplicado,
de la caricia generosa y tierna.
¿cómo no recordarte Madre mía
si dejaste en mi vida, como herencia,
esta savia que fluye por mis venas
y esta forma de amar, tan propia tuya?
Tu recuerdo no es la herida lacerante,
que colmó de tormento mis auroras
es hoy, más que dolor, un aliciente
en mis horas de soledad y desconsuelo.
Serás mientras yo viva mi refugio
a donde acudiré a restañar mis penas
con la certeza de encontrar alivio,
como cuando de niño lo hiciera.
Marcelino Alarcón Alfaro
48 años de edad
Empresario
aficionado a la poesía
Desde muy joven he intentado escribir poesia
pero por las dificultades propias de la vida
no me han permitido dedicar el tiempo suficiente a esta actividad,lo que me ha im-
pedido hacerlo tal vez de una mejor manera.
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Augusto Paniagua Pineda -