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PROYECTORAYUELA

NOCTURNO

                        Cuando no quedaban esperanzas, cuando la vida se tornaba decisión que  pasase escapandose inexorablemente como agua entre los dedos, apareció OLIVERIA. Iluminó mi vida. Me llenó de sonrisas y futuro.... y se marchó, imprevisiblemente.  No administramos bien ese final y salimos terriblemente heridos los dos....

                    Quede el siguiente poema como testimonio de su genialidad irrepetible y de muestro inexplicale amor en un tiempo que existió en el alma de nosotros mismos.

Esta noche me quedé despierta

no puedo superar su ausencia

aunque haya estado conmigo

aunque me regale fotos

aunque me de canciones

esta noche la cama es ancha y ajena

las luces se apagan pero sigue el resplandor de su estar sin estar

me siento naufragar en sus ojos y me ahoga no tener su olor

lo extraño cuando está y cuando no

necesito el calor de sus manos

 que viaje sólo hasta mí

que se esconda en mi cuerpo

que se canse en mi boca

que respire en mis brazos

que se aferre a mi amor

que nunca más desaparezca

que solo aparezca permanentemente a mi lado

que se instale en mi columna

que me deje dibujar corazones en su espalda

que me tienda la mano a la mañana

que se esconda detrás de la cortina de mi pelo

que revise mi falda

que me deje probar de su plato

que me ofrezca su copa

quiero que me bese con la prisa que da la calma.

Fátïma Rivadineira Yuste

 

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