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PROYECTORAYUELA

LITERATURA

Cuentos cortos ...

Cuentos cortos ...

                                                                  EL CUADRO EMPEÑADO

 

Los adoquines mojados me obligaban a caminar con la precaución y la torpeza de un niño que da sus primeros pasos.
La callejuela se enroscaba por la falda de la colina en la que se asentaba el Barrio Viejo de la ciudad. Hacia la mitad de la cuesta descubrí la casa de compra-venta. Su fachada era de piedra y los marcos de la puerta y las ventanas estaban pintados de color verde oliva. Sobre un letrero que colgaba de una herrumbrosa cadena un cuerno de la abundancia desparramaba objetos variopintos. A través de los no muy limpios cristales distinguí algunos de los artículos que se exhibían: un oboe negro yacía sobre un drapeado carmesí; los dedos de un par de guantes de encaje marfileño rozaban una canastilla de mimbre llena de flores secas; marcos vacíos esperaban la fotografía o la miniatura que les diera razón de ser; camafeos; dijes y cajitas con incrustaciones se amontonaban en un ángulo y muy cerca de unos abanicos de laca y madreperla se hacinaban armas y monedas antiguas.
Obedeciendo no sé qué impulso empujé la puerta y entré. Al hacerlo, desde una jaula de latón, empezó a trinar un canario disecado que hacía oscilar su cabeza y batía con desgana las vetustas plumas de su cola.
No vi a nadie en el interior, así que empecé a recorrer con la mirada el abigarrado conjunto de objetos que tenía ante mí. No buscaba nada en particular, tampoco había entrado en aquella casa con la intención de comprar algo, sin embargo tenía la sensación de que una de aquellas piezas, no sabía aún cual, me esperaba en cualquier rincón de la estancia. Fui hacia un montón de maletas de maltratado cuero, unas enormes correas ceñían sus cuerpos ventrudos y deformes sobre los que todavía se adherían etiquetas multicolores de hoteles de los cinco continentes. Aquellas maletas, maletas que sin duda pertenecieron a alguna artista , me recordaron a esas ancianas que pretenden esconder, con afeites y fajas, su verdadera edad.

Tras las maletas, adosado a la pared, había un cuadro sin enmarcar. Lo alcé con aprensión, esperando descubrir algún misterio en la tela, pero no, representaba un plácido paisaje otoñal; cerca de un bosque de arces un camino se alejaba en busca del horizonte, a la derecha se distinguía la rueda de un molino de agua que hundía sus álabes en las azuladas aguas de un río y sentado en el lindero del bosque había un hombre, el único ser humano que aparecía en la escena, vestido de gris, inclinado sobre una guitarra que tañía con arrobo.
Los colores de aquél cuadro estaban desvaídos en toda la superficie de la tela pero, de manera inexplicable, conservaban su frescura y su brillo en torno al músico, nimbándolo de un aura especial.
Alguien habló a mi espalda. Se trataba de una mujer que rondaría los cuarenta años, de porte distinguido, cabellera negra salpicada de alguna que otra hebra blanca, facciones que le otorgaban una belleza difícilmente definible y con unos obsesionantes ojos verdes que miraban con dureza de pedernal.
- Ese paisaje lleva mucho tiempo aquí. Se lo empeñaron a uno de mis antepasados y jamás volvieron a rescatarlo. La obra no tiene firma pero aún conservo el recibo.
Revolvió un rato el interior de un cajón y al cabo me tendió un viejo documento que databa de 1666. El dueño del cuadro, se decía en el papel, había recibido en calidad de préstamo cierta suma. Todo estaba escrito en tinta morada, con una hermosa caligrafía, pulcra, redonda, que hacía por sí sola una verdadera pieza de colección de la simple hoja de papel. No obstante, al pie del escrito, había una firma hecha por una mano diferente, se trataba de una rúbrica, mejor de un garrapateo retorcido que tenía la forma de una zarpa crispada. Aquellos rasgos pertenecían sin duda alguna a un ser atormentado, malévolo.

Convinimos en el precio y, contra todo pronóstico, abandoné el lugar con mi inesperada adquisición.
Por el camino iba pensando en las últimas palabras de la mujer:
- ....hasta pronto, señor. Tengo la impresión de esta no será la última vez que nos volvamos a ver.
Ya en casa me puse a la tarea de encontrarle un lugar adecuado al paisaje de marras; los mejores sitios estaban ocupados por otras obras, así que terminé colgándolo en el pasillo, entre mi alcoba y el estudio. Tomé un poco de distancia y lo miré como se miran las cosas que ya nos pertenecen, y entonces caí en cuenta de que algo no concordaba, el recibo tenía fecha de 1666 pero el músico estaba vestido a la moda romántica del siglo XIX. ¡Vaya -me dije- he sido víctima de una burda estafa!, pero como al fin y al cabo la suma pagada a la morena de los ojos verdes no era significativa, pronto olvidé el asunto.
Por la noche, después de emborronar infructuosamente algunas cuartillas, me fui a acostar, pero algo me retuvo al pasar frente al cuadro; en la penumbra del corredor el resplandor que envolvía al guitarrista parecía haber cobrado más fuerza, incluso titilaba como si tuviera vida propia. Lo observé un momento y, pensando que sería un fenómeno natural debido a los pigmentos o al barniz, ¡qué sé yo!, me metí en la cama y no tardé en conciliar el sueño.
Unos ruidos me despertaron.
Provenían del estudio o del pasillo y quien los hacía no tomaba ninguna precaución para no ser oído.

Miré el reloj; eran las tres de la madrugada. Entreabrí la puerta y observé con sigilo. En el pasillo, frente al cuadro -del cual brotaba ahora una luminiscencia dorada- había un hombre. Vestía de gris y tenía una guitarra en la mano. Nos miramos sin desconfianza, como si nos conociéramos de tiempo atrás. Antes de que le preguntara qué hacía en mi casa a aquellas horas, él quiso saber dónde estaba. Se lo dije y, para mi extrañeza, no se sorprendió lo más mínimo. Empezó a hablar: había nacido en aquella misma ciudad y era músico de profesión. Su ropa, pasada de moda, no estaba en absoluto desgastada por el uso, su larga cabellera y su nariz respingada le daban un aire infantil que hacían aún más patente sus grandes ojos, de mirada límpida.
Una sombra oscureció su semblante; sus recuerdos se terminaban -me dijo- una tarde en que una mujer de ojos verdes le pidió que posara para ella. Después me miró con aire compasivo y se despidió.
Lo acompañé hasta el portal y vi como se alejaba por la acera. Al llegar a la esquina se volvió y me hizo un último ademán de adiós, luego empezó a tocar (precisamente una de las serenatas de Scarlatti que más me gustan) y desapareció de mi vista.
Entré en mi casa sumido en profunda perplejidad y fui a parar ante el cuadro que ahora había perdido su resplandor. Intrigado encendí la luz y observé el paisaje, todo estaba allí; el bosquecillo, el camino, el molino, el río, sólo el personaje había cambiado, ya no era un músico sino otro hombre inclinado que escribía sobre sus rodillas.
Me acerqué más presintiendo algo terrible y un espasmo recorrió mi columna vertebral. ¡El escritor era yo!

Dejé de percibir los sonidos, ni siquiera el ruido de mi respiración. La luz de un nuevo, interminable día, iluminó el bosque, el camino, el río.... y el molino de agua empezó a girar con lentitud.

Extraido de: Los cuentos que nunca me contó mi abuelito. Obra de Alberto D´a Pena Pérez.

Cuadro de Raúl Alonso Arnedo de 2009

JULIO CORTÁZAR, EN LA RAYUELA DE LA VIDA

JULIO CORTÁZAR, EN LA RAYUELA DE LA VIDA

 

Hoy hace 25 años Julio Cortázar abandonó el mundo de las cronopias y la famas para irse al de los inmortales.


Aun así haya nacido en Bruselas (Bélgica) en 1914, Cortázar es por esencia argentino. Así lo demustran su amor por el tango y el fútbol. Pero no es sólo eso. También hablan de su carácter su preocupación por los presos políticos, su afecto por los sandinistas en Nicaragua, su admiración por la revolución cubana y su acogida al corto gobierno de Salvador Allende (Chile), asi como su entusiasmo por el “Che” Guevara. En fin, de su naturaleza habla también la oposición constante a cualquier forma de atropello a la dignidad y la libertad de los seres humnos, de allí, tal vez, sus discrepancias con el peronismo.


Nadie duda de la vena revolucionaria de Cortázar, aunque el prefirió verterla en la literatura. Para comprobarlo basta con examinar obras como Rayuela o 62/modelo para armar. Ellas son quízás dos de las obras donde mejor se puede apreciar el genio innovador del escritor argentino.


El refinamiento literario de Julio Cortázar, sus lecturas casi inabarcables, su incesante fervor por la causa social, hacen de él una figura de deslumbrante riqueza, constituída por pasiones a veces encontradas, pero siempre asumidas con él mismo, genuino ardor.” ( http://www.literatura.org/Cortazar/Cortazar.html)


Podemos decir que cortázar es no sólo un innovador en cuanto a la forma de sus obras, sino también en cuanto al estilo carcterizado por su fluidez, riqueza y variedad. Sin temor a equivocarnos podemos decir que el asombro es lo que queda después de leer cualquiera de sus obras.


Entre la numerosa producción de cortázar, además de las ya citadas obras, se cuentan: Los reyes, Bestiario, Final de Juego, Los premios, Historias de Cronopios y de Famas, Las armas secretas, La vulta al día en ochenta mundos, El libro de Manuel, Todos queremos a Glenda, Adiós Robinson...


No todo fueron novelas y cuentos, también escribió poesía en prosa de hermosa factura.


Sea este nuestro homenaje desde ProyectoRayuela a la vida y trayectoria del gran innovador de las letras latinoamericanas.


Fuentes:

( http://www.literatura.org/Cortazar/Cortazar.html)

Wikipedia

Imagen:

Gabby de Cicco. Flickr

JULIO VERNE, EL PROFETA DE LA ERA TECNOLÓGICA

JULIO VERNE, EL PROFETA DE LA ERA TECNOLÓGICA

 

El año pasado, por estas calendas, se celebraron ciento ochenta años del nacimiento de este novelista iluminado que alcanzó, con estudio y dedicación, a barruntar la gran evolución tecnológica de la humanidad. Aunque se graduó de abogado, su pasión fueron siempre las letras y la investigación. Bástenos con decir que para escribir Viaje al centro de la tierra se dedicó a estudiar geología, mineralogía y paleontología. Sus descripciones de animales antediluvianos dejaron pasmados a los expertos.

Verne nació en Nantes (Francia) un ocho de febrero de 1828. Fue estudiante de filosofía y retórica y terminó graduándose en Derecho, pero su pasión por las letras lo llevó a convertirse en uno de los escritores más representativos de la Revolución Industrial. Pero, mientras algunos autores como Charles Dickens (1812-1870) nos dejaron testimonio del rostro de la miseria que trajo el naciente capitalismo moderno y el comienzo de las fábricas, el entusiasmo de Verne se enfocó hacia las innovaciones tecnológicas y científicas de la mencionada revolución. Es así como pudo prever lo que serían actuales aplicaciones de la tecnología: el helicóptero, el submarino, la televisión y los vehículos y viajes espaciales.

Pero no se crea que todo fue color de rosa para el moderno creador del género de la ciencia-ficcón. Sus comienzos fueron difíciles e inclusive, para poder sobrevivir tuvo que recurrir a la docencia. Finalmente, encontró un editor, Hetzel, que creyó en sus potencialidades. Él le publicó Cinco semanas en globo y esta obra abrió al genio de Nantes las puertas del éxito.

Verne no dejó de ser un hombre sorprendente.Es así como en alguna ocasión dejó estupefactos a propios y extraños presentándose a unas elecciones municipales en Amiens por una lista de extrema izquierda... y salió electo diputado. ¡Imgínese, usted querido lector, en esa época!

 

Julio Verne murió en Amiens (Francia) en 1905 después de haber escrito casi medio centenar de libros y haber sido reconocido con la Legión de Honor como ciudadano benemérito de Francia.

 

 

.”Su dominio de la tensión dramática le permitió combinar extravagantes situaciones y momentos poéticos en una prosa ligera y amena.”

 

                                (Jorge E. Gómez A.)

Fuentes:

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/v/verne.htm

http://es.wikipedia.org/wiki/Julio_Verne

Imaagen:

Imágenes de Microsoft

 

A media tarde

A media tarde

Griselda entró despacito. Se acercó a la ventana y miró a través de los agujeros de la persiana bajada. No supo que hacer, si cerrarla o dejarla abierta. Una casi imperceptible brisilla cálida se colaba en la habitación. ¡Hacía tanto calor! Dejó sobre la mesita una botella de agua mineral y se sentó en la cama, cerca de la almohada. Le miró. Todavía dormía. Tomó aire como para suspirar sonoramente, pero no lo hizo. Con la punta de un pie, se sacó una sandalia y procuró que no hiciese ruido al caer en el suelo. Luego cambió de pié e hizo lo mismo. Después, se fue abriendo los botones de la camisa, de abajo a arriba, no sabia bien por qué, pero era su manía. La dejó caer y oyó el repiqueteo de los botones al tocar el suelo. Se recostó sobre la cama, y volvió a mirarle. Se aflojó el botón del tejano y abrió despacito la cremallera. Necesitaba estar cómoda. Pensó un momento en lo feliz que era a su lado. Sonrió. Seguía dormido. Tenía el pantalón pegado a la piel, por el sudor y con esfuerzo se lo fue quitando para quedarse con sus braguitas amarillas. Las colocó en su sitio. Se estiró intentando que el poco aire que entraba en el cuarto, secase el sudor de su piel. Dejó pasar unos minutos. Mirándolo. Tuvo la tentación de despertarlo y acercó su mano a cinco centímetros de su espalda, pero no. Quería estar lista para él. Entre sus pechos encontró el cierre del sujetador y lo desabrochó. Había tanto silencio que podría jurar que oyó el "click" del enganche al soltarlo. Bajó los tirantes a las manos y lo dejó encima de la camisa. Tenía todavía unos pechos hermosos. Se los acarició levemente. Se acercó a la mesita y buscó un paquetito de pañuelos de papel. Abrió la botella de agua, y mojó uno. El agua todavía estaba fría. Pasó la punta del papel alrededor de su pezón derecho y creyó tener la sensación de notar como se le endurecía. Después, pasó al izquierdo, y repitió el ritual. Le gustaba la sensación del agua fría en sus pezones. Se tumbó sobre su lado derecho en la cama y rozó con sus dedos la columna vertebral de él. Le encantaba despertarlo despacito. Abrió los ojos. A Griselda le pareció casi cómico como intentaba enfocarlos. Él la reconoció y le dedicó una sonrisa. Alargando una mano rozó uno de sus pechos. Ella se acercó un poco más a él y le puso un pezón en los labios... Se sentía tan feliz, dando de mamar a su hijo...

Martin Santimé

Girona-España

http://www.lacoctelera.com/cuatrocientos-golpes/post/2008/04/15/a-media-tarde

Imagen: "Mujer rubia con los pechos desnudos"- Manet

 

Leyenda y Musica Celta

Leyenda y Musica Celta

En Irlanda, el rey Connacher de la familia Ulster, celebraba una fiesta cuando de pronto oyó un grito espantoso. El druida, su consejero, le dijo refiriéndose a la esposa del arpista real, que estaba embarazada - El grito ha sido emitido por Deirdre desde el vientre de su madre, la niña será el fin de la Rama Roja, los reyes pelearan entre ellos por su belleza.
Hubo muchos que sugirieron su muerte, pero el rey, intrigado por su belleza, decidió que la niña, tras nacer, fuera llevada a un lugar lejano, y cuando fuera mayor la desposaría. Así fue. La niña fue creciendo, y la joven que la cuidaba, Levarcham, le comunicó un día el deseo del rey de hacerla su esposa.
Deirdre entristeció, hasta que una mañana que salió a pasear como de costumbre contempló un grupo de cuervos. Uno de ellos se posó en su brazo. A ella le recordó al hombre con el que una vez había soñado. Pasó el tiempo y llegó el invierno. Deirdre salió al bosque temprano. Oyó el sonido de unas voces y vio un grupo de cazadores.
Entre ellos reconoció al hombre con el que soñó tiempo atrás. Se acercó a él. Hablaron durante largo rato. Era Naois, el mayor de los hijos de Uisnach. Se enamoraron y decidieron huir juntos. Marcharon hasta llegar a las costas de Alba (Escocia) junto con los hermanos de Naois. Construyeron una casa y allí vivieron. Pero el rey Connacher se enteró y decidió mandar a su emisario para comunicarles que no hacía falta que huyeran. Que podían volver en paz. Deirdre había tenido un sueño que anunciaba un mal presagio. Aconsejó a Naois y a sus hermanos que no volvieran, que todo era mentira. Pero no la escucharon y cuando volvieron a Irlanda el rey ordenó matar a todos, excepto a la muchacha, de la que seguía enamorado.
Encerraron a Deirdre en la torre del castillo del rey. A los treinta días de su encierro, murió y fue enterrada junto a la tumba de Naois. De allí brotaron dos tejos entrelazados.




A Celtic Tale (La leyenda de Deirdre) Mychel & Jeff Dana.

Imagen: www.mooresartgallery.com/deidre.jpg

Para escuchar:

http://www.youtube.com/watch?v=4dbg47nrC1M&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=l0XZsqyly9Y&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=xMU58DxA8f4&feature=related

 

 

RECORDANDO A GOETHE

RECORDANDO A GOETHE

Un 22 de marzo de 1832 fallecía en la ciudad de Weimar Johann Wolfgang von Goethe, considerado por muchos como uno de los grandes artífices del Romanticismo alemán.

Goethe fue uno de los inspiradores del movimiento conocido como “Sturm and Drang” (“Tempestad e ímpetu”) el cual negaba las excesivas racionalidad y normatividad del neoclasicismo francés del siglo XVIII, y abogaba por la libertad del genio creador, el predominio del sentimiento sobre la razón y cuyos modelos eran las obras de W. Shakespeare y J. J. Rousseau.

Indudablemente, Goethe ha sido uno de los genios de la humanidad, pues su accionar no se limita al campo de las literatura en la que concibió obras tan notables como la novela Las tribulaciones del joven Werther o la obra dramática Fausto que trae a la literatura el personaje prototípico de Mefistófeles. También se adentró con éxito y dominio en el campo de la política, la pintura y la ciencia, especialmente en los campos de la física, la botánica y la geología. En el área científica, Goethe produjo obras como La metamorfosis de las plantas y Teoría de los colores en la que intenta, aunque sin mucho resultado, refutar los planteamientos de Isaac Newton sobre la materia. Sin embargo, en la introducción a aquella obra sobre los colores, el autor de Fausto nos legó “la que es sin duda la primera historia comprensiva de la ciencia”.

En fin, adentrarse en la vida de J. W. Goethe es caminar por la extraordinaria senda de acontecimientos tan dramáticos y grandiosos como la revolución francesa o la consolidación de la nación alemana, en la compañía de personajes tan notables como Napoleón Bonaparte, Wolfgang Van Beethoven, Friedrich Von Schiller o Arthur Schopenhauer a quienes el Genio de Weimar trató personalmente.

Goethe nació en un día de agosto de 1749, en Frankfurt am Main y, además de las obras mencionadas, encontramos títulos como Ifigenia en Taúride (tragedia), Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister (novela), Las afinidades electivas (novela) y Poesía y verdad (autobigrafía).

Imagen: Wikipedia

Carmides o de la Templanza

Carmides o de la Templanza

CARMIDES O DE LA TEMPLANZA PLATÓN

Por Esteban del Río

Son famosas las discusiones de Sócrates con sus alumnos para llevarlos al conocimiento. Para ello se valía de la mayéutica. Ella no era más que el método mediante el cual, por medio de preguntas orientadas, se llevaba al discípulo al descubrimiento de la verdad. En esta ocasión se trata de descubrir qué es en realidad la sabiduría. Ante la pregunta de Sócrates, en una primera instancia CARMIDES la define como el obrar con mesura. Ante esta definición, el filósofo de Atenas responde que si la sabiduría es algo bello también lo son la agilidad y la velocidad en el obrar. De donde se desprende que la sabiduría no puede radicar sólo en la mesura o prudencia. Carmides intenta otra definición argumentando que la sabiduría es pudor. Sócrates replica que el pudor puede ser tanto bueno como malo y la sabiduría es esencialmente buena. Luego, el alumno se replantea aseverando que, entonces, la sabiduría consiste en hacer lo que nos corresponde. Sócrates encamina la definición del muchacho hasta que lo lleva a afirmar que la sabiduría es la práctica del bien y de allí, a opinar que la sabiduría es el conocimiento de sí mismo. En este punto interviene Critias –quien de aquí en adelante se convierte en el interlocutor de Sócrates– expresando que la sabiduría es una ciencia; mas el filósofo lo va encauzando hasta hacerlo caer en el absurdo de decir que es ciencia de sí misma y de las demás; ciencia de lo que se sabe y no se sabe. Y ante esto, Sócrates no encuentra la utilidad de la sabiduría tal como la define Critias. Considera, pues, el filósofo que a pesar de todo lo discutido no han llegado a la verdad. Termina aconsejando a Carmides que examine cuidadosamente si posee la sabiduría para que no tenga necesidad de palabras mágicas o bellos discursos para curar el cuerpo y el alma.
Enlaces relevantes:
http://search.latam.msn.com

Artículo leído en :

http://es.shvoong.com/

 

 

 

 

 

 

Reflexiones

Reflexiones

Fragmentos del libro: Juan Salvador Gaviota  de Richard Bach

- ¿Por qué, Juan, por qué? -preguntaba su madre-, ¿Por qué te resulta tan difícil, ser como el resto de la Bandada, Juan? ¿Por qué no dejas los vuelos rasantes a los pelícanos y a los albatros? ¿Por qué no comes? ¡Hijo, ya no eres más que hueso y plumas!.
- No me importa ser sólo hueso y plumas, mamá. Sólo pretendo saber qué puedo hacer en el aire y qué no. Nada más. Sólo deseo saberlo.
Mira , Juan -dijo su padre, con cierta ternura-. El invierno está cerca. Habrá pocos barcos, y los peces de superficie se habrán ido a las profundidades. Si quieres estudiar, estudia sobre la comida y cómo conseguirla. Esto de volar es muy bonito, pero no puedes comerte un planeo, ¿sabes?. No olvides que la razón de volar es comer.
Juan asintió obedientemente. Durante los días sucesivos, intentó comportarse como las demás gaviotas; lo intentó de verdad, trinando y batiéndose con la Bandada cerca del muelle y los pesqueros, lanzándose sobre un pedazo de pan y algún pez. Pero no le dio resultado.
Es todo tan inútil, pensó y deliberadamente dejó caer una anchoa duramente disputada a una vieja y hambrienta gaviota que le perseguía. Podría estar empleando todo este tiempo en aprender a volar. ¡Hay tanto que aprender!.

...¡Cuánto mayor sentido tiene ahora la vida!. En lugar de nuestro lento y pesado ir y venir a los pesqueros, ¡hay una razón para vivir!. Podremos alzarnos sobre nuestra ignorancia, podremos descubrirnos como criaturas de perfección, inteligencia y habilidad. ¡Podremos ser libres! ¡Podremos aprender a volar!.

y

" Para volar tan rápido como el pensamiento y a cualquier sitio que exista, debes empezar por saber que ya has llegado"

RESUMEN DEL LIBRO

PRIMERA PARTE

Juan Salvador era una Gaviota fuera de lo común a la que lo único que le preocupaba era volar y ser libre, aprender nuevas maneras de acrobacias. Su bandada no lo entendía ni siquiera sus papas a los cuales en vez de darles gusto les avergonzaban los logros de Juan, él era la primera gaviota en hacer acrobacias aéreas. Un día se elevo tan alto que al caer en picada perdió el control y se estrelló con el agua; cuando recobró el sentido se prometió ser como las demás gaviotas pero en ese mismo instante rompió su promesa ya que voló a setecientos metros de altura en la noche cosa que ninguna gaviota había hecho ya que las gaviotas no vuelan de noche. Al llegar a la Bandada había una Sesión de Consejo el la cual lo llamaron para que se pusiera en el centro lo cual solo significaba dos cosas: o gran honor o exilio; desterraron a Juan. El se fue a los Lejanos Acantilados, pero no le importó estar solo siguió aprendiendo. Un día mientras volaba dos radiantes gaviotas se acercaron volando una de ellas le dijo que volara ya que tenía que pasar a una nueva etapa y las tres gaviotas volaron hasta desaparecer en el cielo.

SEGUNDA PARTE

Poco a poco se fue familiarizando con las otras gaviotas hasta que un día se despidieron de él y desaparecieron en el cielo, Juan empezó a sentirse cansado y se le olvidó de donde venía aterrizó en la playa y vió que las gaviotas que estaban ahí eran perfectas, pero no le dió importancia así que siguió aprendiendo con su instructor Rafael un día le preguntó de donde venía, él le contestó que solo le podía decir que tenía que cruzar cien vidas para lograr aprender el sentido de la vida. Un día se acercó a la Gaviota Mayor Chiang para preguntarle si ese era el verdadero cielo a lo que el contestó que el cielo es perfecto, desapareció y apareció veinte metros de donde estaba Juan. Quedó tan maravillado que ya no preguntó más. Juan intentó hasta que logró hacer lo mismo pero quería regresar por que sentía que alguien en la tierra lo necesitaba. Rafael lo dejó que se fuera, al ir bajando Juan escuchó una voz entonces le preguntó ¿Pedro quieres aprender a volar? A lo que le contestó afirmativamente.

TERCERA PARTE

Juan le enseño todo lo que sabía a Pedro le enseño que todas las gaviotas son libres, que tiene que alcanzar sus metas y que no acepte las limitaciones de los demás ya que Pedro también era un exiliado, poco a poco más gaviotas se fueron acercando a Juan para aprender hasta que tuvo seis aprendices todos exiliados. Un día les dijo a sus alumnos que era tiempo de regresar a la Bandada y volvieron. Al llegar volando tan impresionantemente  todos quedaron admirados, así que la gran gaviota les prohibió hablarles o tocarlos o mirarlos ya que también serían exiliados. Después de un mes de haber vuelto Terrence Lowell Gaviota se acercó a ellos queriendo volar pero su ala no servía así que no podía volar, pero Juan le dijo que creyera y voló. Desde ese día Terrence se volvió exiliado y así poco a poco más y más gaviotas se fueron acercando a Juan y a sus alumnos hasta que toda la bandada estuvo aprendiendo a volar libres. Una mañana Pedro le decía a Juan que no podría aprender más; entonces Juan le dijo que recordaba a aquel Pedro exiliado y solo y que ahora ya era todo un maestro que guiaba a toda una Bandada. Pedro se sorprendió mucho. Cuando dijo eso,Juan emprendió el vuelo y desapareció en el cielo. Entonces llegó un nuevo grupo de novatos Pedro Gaviota les vió de pronto tal y como eran realmente y amó aquello que vió, su carrera hacia el aprendizaje había empezado.

Imágen y resumen cedido por :

http://neverthinkinyou.nireblog.com/post/2007/04/18/juan-salvador-gaviota

 

 

Ella y yo

Ella y yo

Ella y yo


Un día volvimos a aquel sitio donde los árboles,
cómplices de la nostalgia,
ahondaron nuestros recuerdos y susurros de hojarascas.
Donde nuestras manos se cruzaban enardecidasy nuestras bocas se besaron sin medida.

El tiempo fue custodio de un paraje donde los pájaros tenían el mismo canto
y el tronco de un árbol guardaba nuestros nombres,
donde habían quedado atrapadas las palabras.
Volvimos ya crecidos mirando en la corteza un amor amarrado para la eternidad.

El frágil deseo de crecer nos aparece, nuestro recuerdo se aviva y se incendió la esperanza.

Luego las miradas nos acosan, nos fuimos al silencio,
dejamos los murmullos regados con el tiempo y nos perdimos sublevados creciendo en el amor.
Jugamos con el alma y con el cuerpo, con la mente y la razón,
con las ansias benditas del encuentro hasta quedarnos sin respiración.
Fuimos canto y pasión del desenfreno, fuimos cárcel y destierro
nos amamos sin culpas, crecieron los latidos y creamos la revolución.

Una noche recompusimos la esperanza para crear un lenguaje,
un lenguaje autentico llamado libertad,
buscamos la entropía, buscamos en los tópicos y con lucidez llegamos a la inercia de asomarnos al delirio.
No sentimos ruidos, ni angustias, ni regresos, las horas trascurrieron vagando hacia la aurora.

Ahora ya tranquilos vivimos el ahora
y en días de lluvia fresca tomamos el café, olemos el perfume de rosas y del viento,
deseando en nuestros pechos latidos de pasión.
Perdimos el sentido y no importa donde estemos, no importa el decorado,
pues ya los dos sabemos lo grande del amor.
Parece que venimos de un mundo de otra raza,
de un mundo que arrebata mientras el tiempo nos deje libertad.
Por eso caminamos en la orilla de un abismo
y el tiempo ya ha filtrado los pasos del pensar, el amor se ha ido adecuando y fuimos destilados a través de la amistad.
Ya no habrá más abismos, ni máscaras, ni formas indomables,
reinventaremos el amor.
Y no importará la crítica ni las desproporciones pues somos dos más allá de los reveces
y siempre habrá paisajes con infinitos matices en nuestra memoria
para decir de nuestra historia.

http://intentos12-gerardo.blogspot.com


 

HOMBRES CELEBRES DE COLOMBIA 3° Y ULTIMA PARTE

HOMBRES CELEBRES DE COLOMBIA  3° Y ULTIMA PARTE

En el libro "Los sueños de Luciano Pulgar",

habla así de su madre Rosalía, con amor y ternura:


"Aquella persona humilde y adorada de mi corazón, de quién he
hablado otras veces, me daba ejemplo de tierna caridad recibiendo
al sacerdote, brindándole su pobreza bajo la forma de un
limpio refrigerio servido en su porcelana más guardada y lavándole
con respeto las ungidas manos. Al despedirse, él le daba
palabras de bendición que le habrán servido a ella y que también
me habrán servido a mí, peregrino todavía por estas sendas,
una de cuyas espinas más agudas han sido los improperios
de la locura republicana contra nosotros dos".


También dice Don Marco en el “Sueño del señor Pombo”:

"Felices tardes y afortunadas mañanas en que el inspirado vate
daba contento a sus cofrades, ahí en la calle de la Librería Americana,
cuando esa calle podía andarse sin peligro de estrépitos y
carruajes, en el reposo de las letras y de los sosegados diálogos".

Imagen: http://nuevomundo.revues.org

 


 

HOMBRES CELEBRES DE COLOMBIA 2° parte

HOMBRES CELEBRES DE COLOMBIA   2° parte

Choza Marco Fidel Suárez

En esta rústica construcción vino al mundo, el 23 de abril de 1855, el hijo de Rosalía Suárez, una mujer que generaba su
sustento de lavar ropa ajena.
El principal atractivo urbano del municipio de Bello. es, sin duda, la choza donde nació Marco Fidel Suárez .
La choza conserva el estilo de siglo y medio atrás, y allí se puede conocer más de la vida y obra de este hombre, presidente
de Colombia a principios del siglo XX y consagrado hombre de letras, de quién se asegura aprendió a leer y escribir al atender sus primeras clases por las ventanas de la escuela que hoy lleva su nombre y donde luego realizaría su educación básica primaria.

HOMBRES CELEBRES DE COLOMBIA 1° PARTE

HOMBRES CELEBRES DE COLOMBIA  1° PARTE

Marco Fidel Suárez


Político, escritor y docente colombiano

Nació el 23 de abril de 1855 en  Hato Viejo, hoy Bello, Antioquía. Fué hijo de una lavandera. Cuando tenía 6 años,
nació su hermana Soledad,quién lo acompañó toda la vida.
Desde muy temprana edad se  destacó por su inteligencia y recibió una educación especial. Durante sus años de
estudio, se destacó siempre por su "aplicación grande y su conducta ejemplar", estudió latinidad, filosofía, sagrada
escritura, derecho canónico, teología dogmática e historia eclesiástica. 
Se dedicó al magisterio.Enseñó filosofía, gramática, aritmética, álgebra y caligrafía.
Fue maestro de la escuela de Hatoviejo desde el 14 de octubre de 1877.
La tierra de Marco Fidel Suárez es un centro urbano de gran desarrollo en el norte del Valle de Aburrá.
Su Parque Principal, que se resiste a perder el encanto de las viejas plazas de pueblo, es adornado por el templo
actual de imponente arquitectura y por su histórica Capilla de Hato Viejo, construida a finales del siglo XVIII.
Bello tiene una buena infraestructura de parques recreativos y unidades deportivas. De Medellín sólo dista 10 Km.
Marco Fidel Suárez escribió varios libros, como "Los sueños de Luciano Pulgar", el cual hizo muchos aportes a la
lengua española.
En su época fue considerado el Cervantes de América; en 1918 fue elegido Presidente de la República y murió en
1927 en Bogotá.

DARIO JARAMILLO AGUDELO

DARIO JARAMILLO AGUDELO

"...Que el azar me lleve hasta tu orilla,
ola o viento, que tome tu rumbo,
que hasta ti llegue y te venza mi ternura".

 

Poeta, novelista y ensayista .Nació el 28 de julio de 1947 en Santa Rosa de Osos, Antioquia, Colombia

Sus escritos:
Poesía:
Historias (1974), Tratado de retórica (Premio nacional de poesía, 1978) y Poemas de amor (El Áncora Editores, 1986).
Prosa:
La muerte de Alec, novela (1983), Guía para viajeros (Planeta, 1991) y Cartas Cruzadas (Alfaguara, 1995).
Hizo también varias compilaciones con sus prólogos, entre ellas: La nueva historia de Colombia (1976), Sentimentario, antología de la poesía amorosa colombiana (1986), Antología de lecturas amenas (1985) y Poemáquinas (1992).
Además,de su poesía,se ha hecho una reedición completa: 77 poemas (Universidad Nacional, 1987), y dos selecciones parciales Antología poética (Monte Avila, 1991) y Cuánto silencio debajo de esta luna (UNAM, 1992).
Dario Jaramillo terminó el bachillerato en Medellín y posteriormente se graduó como abogado y economista en la Universidad Javeriana de Bogotá.
Es el gran renovador de la poesía amorosa colombiana y uno de los mejores poetas de la segunda mitad del siglo XX de su país. Su obra poética se caracteriza por un marcado corte intimista.
Ha desempeñado importantes cargos culturales en organismos estatales  y es miembro de los consejos de redacción de la revista "Golpe de Dados" y de la fundación particular "Simón y Lola Guberek" .
 

Javier del Granado (1913-1996)

Javier del Granado (1913-1996)

Poeta nacido en Cochabamba, Bolivia. Ha sido reconocido a nivel nacional e internacional como "el Poeta de los cien Lauros".

Entre otros cargos presidió la Sociedad de Escritores y Artistas en su ciudad natal. Recibió distinciones en su país como así

también en países como Argentina, Filipinas, Perú, Uruguay y España.

En sus escritos decía este poeta :

“Mi espíritu no es águila que trasmonta altanera
las elevadas cumbres de la meditación…
es débil golondrina que vuela en la pradera
y ensaya en los vergeles su lírica canción.”
(De rosas pálidas)

 

Sus principales obras:

Rosas pálidas (1939)

Canciones de mi tierra (1945)

Cochabamba (1959)

Evocación del Valle (1964)

La Parábola del Valle(1964)

Antología poética de la Flor Natural (1970)

Romance del valle nuestro (1972)

Del crepusculo y el Alba (1973)

Vuelo de Azores (1978)

Cantares (1989)

Justamente de cantares compartamos este poema:

Cuando el romance floreció en cantares
rimando el verbo con el mar sonoro,
nació un idioma de vocales de oro,
y el castellano conquistó los mares.

.

Le da el latín sus sílabas albares,
la lengua griega su ático tesoro,
y el arabismo ruiseñor canoro,
rumor de aljibe y trinos estelares.

.

Mas, fue Berceo que al Olimpo sube,
quién dio a la fabla que los mundos mueve,
voz de campana y retumbar de nube.

.

Y hace un milenio que el lenguaje hispano,
-crisol de fuego y madrigal de nieve-,
acuña el sol del pensamiento humano.

http://www.delgranado.org/

 

Escritores Costumbristas

Escritores Costumbristas

Tomás Carrasquilla

Escritor costumbrista Colombiano

Nació en Santo Domingo, departamento de Antioquía el 17/01/1858 y falleció en Medellin 19/12/1940.

Este año al cumplirse los 150 años del natalicio del escritor antioqueño, se han organizado en

Colombia celebraciones en su honor.

Se podría decir de este escritor, que retrató en forma meticulosa el realismo de las condiciones de vida,

el ambiente y a los habitantes de la región de Antioquía.

En sus diálogos ponía de manifiesto la manera de hablar de las personas antioqueñas comunes y con

toda su gracia y defectos.

Se ven palabras deformadas y con ortografía caprichosa.

Tomás Carrasquilla, hijo de don Raúl Carrasquilla Isaza y Ecilda Naranjo Moreno, vivió holgadamente ya

que su familia poseía la explotación de algunas minas, de ese modo podía él , dedicarse a escribir.

Tal conocimiento de la actividad minera, sería luego tema de sus obras.

También podemos recordar que participó en el diario "El Espectador", diario este que permanece en la

actualidad.

Tomás Carrasquilla conoció a José Asunción Silva, con quién luego se pudo comparar un paralelismo

en sus vidas con respecto a las situaciones financieras al perder ambos, sus fortunas personales.

De su obra podemos citar:

- Su primer novela "Frutos de mi tierra"

-A José Asunción Silva, rinde homenaje con la publicación de "Por el poeta"

-Trilogía "Hace tiempos

- "La Marquesa de Yolombo"

-Simón el mago"

-"A la diestra del Dios Padre", entre otros. De este último tomaremos un fragmento, para

graficar el modo de hablar de las personas antioqueñas que Carrasquillo refería en sus escritos:

"Esa misma noche, casi al amanecer, llovía agua a Dios misericordia, y Peralta dormía

quieto y sosegado en su cama. De pronto se recordó, y oyó que le gritaban desdi

afuera:"Abrime Peraltica, por la virgen, qu´ es de mucha necesidá".
 

Café Literario

Café Literario

Tema: La juventud

 ¡Un tema preocupante!.Con los movimientos socio-políticos y las

tendencias que se experimentan en el mundo, parece que sólo se

lograra confundir y desalentar a la juventud. Sin prestarle ayuda,

sin alcanzarle los medios para adquirir valores, que permitan a los

jóvenes  convertirse en hombres y mujeres provechosos para si y para

la humanidad toda.

 Ante este dilema, me pregunto qué habrán opinado los maestros de

todos los tiempos al respecto.. Llamo a algunos desde mi biblioteca,

los siento alrededor de mí y los escucho. He aquí algunas de sus

opiniones.

 Ernesto Sábato, aunque casi ciego, de manera lúcida expresa:

“Vengo acumulando muchas dudas, tristes dudas sobre el contenido de

esta especie de testamento que tantas veces me han inducido a

publicar. Me dicen –Tiene el deber de terminarlo, la gente joven está

desesperanzada, ansiosa y cree en Ud.; no puede defraudarlos-- .

Me pregunto si merezco esa confianza, tengo grandes defectos que

ellos no conocen, trato de expresarlo de la manera más delicada, para

no herirlos a ellos, que necesitan tener fe en algunas personas, en

medio de este caos, no sólo en este país sino en el mundo entero.”

Por su parte,  llegan los ecos de Aristóteles cuando en medio de sus

meditaciones me dice:

“La juventud es fácil de decepcionar porque es pronta para esperar.”

Mientras busca la luz que se filtra por las ventanas, Sábato

continúa::

“Sí, escribo esto sobre todo para los adolescentes y jóvenes, pero

también para los que, como yo, se acercan a la muerte y se preguntan

para qué y por qué hemos vivido y aguantado, soñado, escrito,

pintado, o, simplemente esterillado sillas.”

A lo cual George Herbart, en su entonación de profesor, acota:

“La juventud vive de la esperanza, la vejez del recuerdo.”

Sin embargo, Jean Jacques Rousseau con  tono jovial,  aclara:

“La juventud es el momento de estudiar la sabiduría; la vejez, el de

practicarla.”

A lo cual Gabriel García Márquez replica, con la seriedad que la

ocasión amerita,

“Ante esta realidad sobrecogedora que a través de todo el tiempo

humano debió de parecer una utopía, los inventores de fábulas que

todo lo creemos nos sentimos con el derecho de creer que todavía no es

demasiado tarde para emprender la creación de la utopía de la vida,

donde nadie pueda decidir por otros.”

A eso me refiero, dice Sábato:

“Modestísimos mensajes que la Divinidad nos da de su existencia. Y

no sólo a través de las inocentes criaturas de la naturaleza sino,

también encarnada en esos héroes anónimos. Mostrándonos que no

todo es miserable, sórdido y sucio en esta vida.”

A mí, ¿Qué me dicen?, replicaría Maria de Ventadorn, con tono

ensoñador y entornando sus ojos:  Pues

“Quisiera haceros volver a la poesía.”

Aunque Nicolás Boileau, con acento relativista agrega que

“Cada edad tiene sus placeres, su razón  y sus costumbres.”

Pero para  José Marti

“Quién se alimenta de ideas jóvenes vive siempre joven.”

A esta opinión, José Ingenieros replica:

“No se nace joven, hay que adquirir la juventud. Y sin ideal, no se

adquiere.”

Pero – dice Charles Agustín Saint Beuve agitando su delgada

figura--,  tengamos en cuenta que

“ Demasiado libertinaje en la juventud seca el corazón, y demasiado

continencia atasca el espíritu.”

Con  voz lejana pero actual, Sócrates nos  recuerda que

“Lo que mejor asienta a la juventud es la modestia, el pudor, el

amor a la templanza y la justicia. Tales son las virtudes que deben

formar su carácter.”

Como regresando de sus meditaciones, Sábato advierte

“Muchos cuestionan mi fe en los jóvenes, porque los consideran

destructivos o apáticos. Es natural que en medio de la catástrofe

haya quienes intenten evadirse entregándose vertiginosamente al

consumo de drogas.”

Ojalá les pasara como a mí, dice Gabriel García Márquez con rostro

sonriente:

“La lectura se convirtió en mi droga feliz.”

Volviendo al tema, arremete Sábato:  Éste es

“Un problema que los imbéciles pretenden que sea una cuestión

policial, cuando es el resultado de la profunda crisis espiritual de

nuestro tiempo.”

Sí, dice León Tolstoi mientras reposa sus manos en su bastón de

empuñadura de plata:

“Toda reforma impuesta por la violencia no corregirá nada el mal.

El buen juicio no necesita de la violencia.”

De nuevo Sábato, que parece morigerar la improvisada reunión,

advierte:

“Miles de personas, a pesar de las derrotas y los fracasos,

continúan manifestándose. En todas partes hay señales de que la

gente empieza a gritar: ¡Basta!”

Proverbialmente, Julio Cortázar aclara: Es que

“ Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está

perdido y hay que empezar de nuevo”.

Por tal razón,  Carlomagno con tono imperial pregunta:

“¿Cuál es el sueño de los que están despiertos? : La Esperanza.”

Que les podría decir a los jóvenes, medita Sábato…

“Les propongo entonces, con la gravedad de las palabras finales de

la vida, que nos abracemos en un compromiso: salgamos a los

espacios abiertos, arriesguémonos por el otro, esperemos, con quien

extiende sus brazos que una nueva ola de la historia nos levante. Algo

por lo que todavía vale la pena sufrir y morir; una comunión entre

hombres, aquel pacto entre derrotados. Una sola torre, sí, pero

refulgente e indestructible.”

En magistral y optimista complemento, Miguel Hernández agrega::

“Volveremos a brindar por todo lo que se pierde y se encuentra: la

libertad, las cadenas, la alegría y ese cariño oculto que nos arrastra

a buscarnos a través de toda la tierra.”

Con voz severa y rostro de mármol, continúa diciendo

“Piensen siempre en la nobleza de estos hombres que redimen a la

humanidad. A través de su muerte nos entregan el valor supremo de

la vida, mostrándonos que el obstáculo no impide la historia, nos

recuerdan que el hombre sólo cabe en la utopía.

Sólo quienes sean capaces de encarnar la utopía serán aptos para el

combate decisivo, el de recuperar cuanto de humanidad hallamos

perdido”.

Para concluir, yo sólo les puedo dejar una moraleja hecha poesía,

dice  gravemente Concepción Arenal:

Iba un día con su abuelo

Paseando un colegial

Y debajo de un peral

Hallo una pera en el suelo

Mírala, cógela, muerde

Mas presto arroja el bocado,

Que muy podrido de un lado

Estaba y del otro verde.

Abuelo ¿Cómo será?

Decía el chico escupiendo,

Que esta pera que estoy viendo

Podrida, aunque verde, está?

El anciano con dulzura

Díjole: vínole ese mal

Por caerse del peral

Sin que estuviera madura

Lo propio sucede al necio

Que, estando en la adolescencia,

Desatiende la prudencia

De sus padres con desprecio

Al que en sí propio confía

Como en recurso fecundo

E ignorando lo que es mundo

Engólfase en él sin guía.

Quién así intenta negar

La veneración debida

En el campo de la vida

Se pudre sin madurar.


Debemos pensar, entonces, que la juventud no está sola y que hombres

y mujeres de todos los tiempos han tratado, con sus opiniones y

consejos de tenderles un puente hacia la esperanza y el sano y sabio

disfrute de la vida. 
 

GUILLAUME APOLLINAIRE, EL “CALIGRAMÁTICO”

GUILLAUME APOLLINAIRE, EL “CALIGRAMÁTICO”

Con la velocidad y el afán con los que corren nuestros tiempos, quizás hemos olvidado quiénes fueron los que, al menos en el arte y la literatura, iniciaron toda la renovación de la poesía y la cultura y a quienes, sin duda, podríamos llamar los maestros de la postmodernidad. Entre ellos están aquellos que cerraron ciclos vitales en el quehacer poético como Charles Baudelaire, o aquellos que anunciaron los nuevos tiempos, el futuro, la surrelidad, como Guillaume Apollinaire.

“La corta e intensa existencia de Apollinaire no es precisamente más que una lucha por la vida, nunca desesperada, y constante siempre, una lucha por la calidad de la vida, de su vida y la de todos.” La anterior afirmación de Rodolfo Alonso es paradójica precisamente porque la existencia de Apollinaire no fue fácil y por la oscuridad de su origen. Su vida fue una vida trashumante, de empleos ocasionales y amores contrariados. Sin embargo, fue fundador de revistas como Le festín d’Esope y Les lettres modernes. En ellas y en distintos prólogos de catálogos, Apollinaire exalta lúcida y apasionadamente a los nuevos pintores, esos nombres que nadie conocía por entonces y que luego se convertirían en los auténti­cos clásicos de nuestra época.

Por tal razón, el nombre de Apollinaire está ligado al de aquellos que iniciaron toda la revolución pictórica del arte y cuyos ecos aún resuenan en nuestros días: Picaso, Matisse, el “Aduanero” Rousseau, Braque, Max Jacob, Francis Picabia.

De estas relaciones surgen quizás sus Meditaciones estéticas, texto publicado en la primavera de 1913 y primera obra consagrada a los pintores cubistas. Ese mismo año se plasma la aparición, editada por Mercure de France, de uno de los dos principales libros de poemas que había de legarnos Apollinaire: Alcoholes. El poeta supo reunir allí sus mejores textos escritos desde 1898, y la posteridad supo también reconocér­selo. En esas páginas, con un encanto turbador e irre­sistible, se despliega en todo su esplendor el singular lirismo de Apollinaire. Las novedades de composición (que luego iban a ser letra común para todos los poetas del mundo: ausencia de puntuación, ausencia de rima, intercalación del lenguaje cotidiano, visión fotográfica o mejor cinematográfica) se mantienen extrañamente soldadas con un lirismo de alto vuelo que, al mismo tiempo, no desdice en su esencia la más cara tradición de la poesía francesa. Con Alcoholes, Apollinaire pasa a ser a la vez (¡asombroso destino!) uno de los más queridos poetas de Francia y el auténtico profeta universal del espíritu moderno.

El otro texto que contribuye a la gloria de Apollinaire es Caligramas, publicado en 1918.

Apollinaire vino al mundo en Roma el 26 de agosto de 1880. Al final de sus días. además de las heridas sufridas durante su participación en la Primera Guerra Mundial, es atacado por la epidemia de "gripe española" que asola a París. Y el 9 de noviembre de 1918, pese a los cuidados constan­tes que le son otorgados, Apollinaire muere a las 17 horas.

Otras de sus obras destacadas son El heresiarca y Cía (relatos). La canción del mal amado (poema)

Fuentes:

ALONSO, Rodolfo. El mundo de Guillaume Apollinaire Introducción, notas, selección y traducción de textos. La Nueva Biblioteca 11. Centro Editor de América Latina S. A. 1980

Imagen:Henri Rousseau. La  musa  inspirando  al  poeta (Apollinaire) http://pagesperso-orange.fr/ledouanierrousseau/sueno.htm

Vargas LLosa decia de Cortázar

Vargas LLosa decia de Cortázar

Cortázar vive en el barrio 15 de Paris, en una casita angosta y alta como él, atestada de libros, cuadros y curiosos objetos que ha fabricado él mismo o ha recogido por el mundo.

Frente a su escritorio, en una especie de pizarrón, prendidos con alfileres como mariposas, hay una antología de lo insólito cotidiano (Recortes de periódicos, postales, inverosímiles avisos publicitarios, etc.) que siempre se renueva y está al día. Espíritu extraordinariamente alerta para todo lo que denuncie en el hombre una dimensión maravillosa. Cortázar es también un observador muy certero de esa realidad inmediata que se compone de gestos y palabras banales, de actos triviales sin consistencia. En sus libros esas dos caras de la vida se funden como una moneda.Pero él no cree que la vida sea "divisible". 

Extraído del diario Expreso, Lima, 7/11/65

Ofrecer resistencia a las contrariedades...

Ofrecer resistencia a las contrariedades...

" Los hombres encuentran en las mismas crisis la fuerza para su superación. Así lo han mostrado tantos hombres y mujeres que, con el único recurso de la tenacidad y el valor, lucharon y vencieron a las sangrientas tiranías de nuestro continente. El ser humano sabe hacer de los obstáculos nuevos caminos, porque a la vida le basta el espacio de una grieta para renacer. En esta tarea lo primordial es negarse. Defender, como lo han hecho heroicamente los pueblos ocupados, la tradición que nos dice cuánto de sagrado tiene el hombre. No permitir que se nos desperdicie la gracia de los pequeños momentos de libertad que podemos gozar: una mesa compartida con gente que queremos, una caminata entre los árboles, la gratitud de un abrazo. El mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria".

Fragmentos del libro La Resistencia

de Ernesto Sábato

Imagen: Valle de Aburrá, Colombia.

Una puerta se entreabre

En mi dormitorio hay un armario de tres puertas. La central, que es la mayor, tiene un enorme espejo.

Durante el día mi sobrina me visita, para lavar, planchar y cocinar. Cuando salgo voy a los hipódromos de Palermo o San Isidro y siempre vuelvo a casa apresuradamente, ansioso por abocarme a los estudios. La gente ignora lo absorvente que es la genealogía.

De noche, en la cama, encuentro el descanso reparador. Lo encontraba, habría que decir. No pretendo que esta vida sea ejemplar, ni mucho menos. A mi me gusta y me conviene. Por algo me place repetir el dicho: buey solo bien se lame.

Una noche atroz, en que todo cambió, me despertó un cauteloso rumor y aterrado pude ver cómo, lentamente, en la penumbra del cuarto, se entreabría la puerta central del armario.Alguien salió. El miedo me paralizaba. Vi avanzar un hombre de gorra, cazadora y briches parecido tal vez, por el corte de la barba, al rey Jorge V de Inglaterra. Llegó al centro del cuarto, apoyó ambas manos en el barrote, a los pies de mi cama, y se presentó como un antepasado mío.

-¿Por qué lado?- pregunté.

-Eso no me importa -contestó con impaciencia-. Lo que importa es otra cosa. ¿Usted supone que justifica al lugar que ocupa en este mundo con la vida que lleva?. 

La aparición del pretendido antepasado se repitió todas las noches. Yo tardaba en dormirme, pero no bien me venía el sueño, me despertaba el rumor de la puerta del armario, que se entreabría lentamente. Cuando el aparecido no me reprochaba mi vida de jugador, me preguntaba si me parecia bien que la sobrina trabajara para mí sin que yo le pagara un centavo o si yo me sentía orgulloso por no beber, como si eso fuera un mérito.

Por lo que dijo pensé que le gustaba la bebida y la noche siguiente lo esperé con una botella de vino tinto.

No me equivoqué. Tuve el desagrado de su visita, pero no de sus reproches. El hombre no se acordó de sermonear y, con verdadera aplicación, vació la botella. Pude creer que yo había encontrado la manera de soportar la situación.Demasiado pronto llegó la noche en que el hombre me dijo:

-No me gusta beber solo. Usted beberá conmigo.

El vino me desagrada, pero no tuve más remedio que obedecer. Primero no pasó nada malo; después debí de beber mucho, porque a la mañana estaba enfermo. Como uno se acostumbra a cualquier cosa, empecé a emborracharme todas las noches. No tardó mi sobrina en descubrir lo que pasaba y, por su indicación, me internaron en un sanatorio.

Aunque sigo flaco y muy débil, llegó un día en que un médico me dijo:

-Le voy a dar una buena noticia. Está curado. Hoy mismo vuelve a su casa. Lo felicito.

A la tarde estaba de vuelta en mi dormitorio.Lo primero que vi fueron rosas en un florero, atención de mi sobrina, y el armario con el enorme espejo en la puerta central.

Adolfo Bioy Casares

Escritor Argentino

1814/1999

Cuento corto, escrito especialmente para la revista NOTICIAS de Argentina